Un sueño, Una vida...

Día brillante, el sol redondo y rojizo se contempla en el fondo de una montaña de vivos colores, todo parece ser como pintura en un lienzo.

El aire que respiro se cuela con frescura en mis pulmones que adormecen llevándome más allá de un sueño. Es inexplicable, siento que en esta tierra soy y no soy parte de ella ¿es real o un sueño?, mis pies descalzos hacen pasos sin apuro y el crujido entre mis dedos se conectan con esas hojas secas que han caído de un añejo árbol que descansa en el medio de una extenso pastizal… pastizal que danza al compás de esa brisa que ahoga en plenitud.

Una voz me llama, me seduce y no dudo en buscar de donde viene, su sonido me envuelve y atrapa, es de esas voces que calman y serenan el alma, es de esas voces que parecen de mamá… no comprendo, camino sin parar tratando de encontrar el origen de esa voz, casi al punto de correr me encuentro en la inmensidad de… ¡ La nada!, no hay nadie, estoy sola ¿Quién me llamará?

La calidez de un soplido se esfuma en mis mejillas y la calma que trae en mí detiene mi andar, esa voz aun está ahí… Laura, Laura, aquí!... ¡sabe mi nombre!, mil ideas me acosan ¿estaré volviéndome loca? ¿Qué clase de delirio es éste?, pasan los minutos y esa vocecita se va desapareciendo hasta no oírla más. El miedo que no tuve comienza a invadirme sin razón alguna, quiero llegar a mi destino o despertar si es que estoy soñando.

No sé a dónde ir… el atardecer ya se convertía en oscuridad… me topo con un camino de tierra, supuse que debía continuar sin mirar atrás. En una orilla un pequeño cartel de madera y con letras muy mal escritas, decía: SIN DESTINO. ¿Qué significa eso? Qué debo hacer? ¿Qué clase de broma es ésta, si es que lo es?
Me asusto, es inevitable, estoy en un lugar que no sé qué es, no sé donde estoy, si sueño o estoy despierta, a momentos de sentirme plena luego logro asustarme, comienzo a dudar de mi entorno y de mi misma.

Siento el miedo que hay en mí, los pasos quedaron muy atrás y me dispongo a correr, la adrenalina y agitada respiración me llevan a lo que no imaginé, tal vez a un lugar sin destino… ¡Dónde estoy! ¡Qué perdida me siento!
He llegado… tal vez… me desoriento. Donde estoy parada no me resulta familiar y continúo mi andar, no me detengo… muy dentro mío hay algo que me dice ¡corre! ¡corre! ¡no pares, busca en tu interior!

Sin darme cuenta del tiempo que pasó y por tal desesperación al sentirme como en caída sin saber qué hacer ni dónde ir, sentí que todo se me iba de las manos, que todo lo que había en mí era difícil de alcanzar.

La oscuridad se hizo frío y la plenitud un abismo sombrío, caía de algún lugar y ahí estuve, detenida frente a la última persona que vi antes de partir. Mi gran amiga con inmensa tristeza y en llantos parada frente a mí.

Un gran desconcierto me invade y demoro en entender, entender que yo dejé de existir y esa voz que escuché era Dios quien me vino a buscar…
Mi destino lo forjé en un libro que se dejó de escribir y tuvo su final; debía devolver lo que un día se me dio: LA VIDA… sin embargo, tras ese sueño que fue una vida, debo decir, que temo morir…