
El error condena los días de quien huyó y la conciencia es la que devora su inexplicable traición.
Líder de los delirios y emperador de su locura solitario vaga por las calles que el encierro le quitó… a la luz de día es preso de los acechos y de noche es la voz que manipula.
Sentencia de por vida y recuerdos que no se olvidan, en la oscuridad se deja conocer hasta el alba del amanecer...
...no calla un segundo mas y no deja de decir…
...¡la culpa la tuve yo!...
(Imagen "la fuga" tomada del museo Del Presidio en Ushuaia, Tierra del Fuego -Argentina-)
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